La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos.
Henry Van Dyke
Nos pasamos nuestra vida buscando de una manera o de otra la felicidad, la nuestra y la de los demás. Cabe preguntarse si sabemos lo que quiere decir ser feliz, aunque sólo sea para aclarar nuestros objetivos.
Es un estado de bienestar, de plenitud, con vocación de durar indefinidamente. Se puede ser feliz y de hecho debemos buscar la felicidad, como medio y como fin, en todos los actos de nuestra vida.
La felicidad comienza con un impulso que atraviesa nuestro inconsciente y se convierte en deseo consciente que requiere un acto eficaz para alcanzar la felicidad.
El bienestar que sentimos cuando deseamos es la consecuencia de nuestra anticipación de la felicidad que pensamos obtener. La felicidad guarda una relación directa con el pasado puesto que se nutre de nuestra memoria y se proyecta hacia el futuro, en el que esperamos que se realice. Como vemos, es en gran parte fruto de nuestra imaginación…
Eduard Punset en su libro El viaje a la felicidad habla de la existencia de una formula matemática para la felicidad, en una conclusión a la que llega en el desarrollo de su libro, basado en las investigaciones más recientes que investigadores de diversas ramas han efectuado sobre o alrededor de ese mágico concepto “felicidad”.
Felicidad = E (M+B+P) / R+C
FACTORES SIGNIFICATIVOS
E = Emoción al comienzo y final del proyecto. “la felicidad se encuentra en la sala de espera de la felicidad”, como bien dice Punset.
M = Mantenimiento y atención al detalle.
B = Disfrute de la búsqueda y la expectativa.
P = Relaciones Personales.
FACTORES REDUCTORES DEL NIVEL DE FELICIDAD
R = Factores reductores del nivel de felicidad. Ausencia de desaprendizaje. Recurso a la memoria Grupal. Interferencia con los procesos automatizados. Predominio del miedo.
C = Carga heredada. Mutaciones lesivas. Desgaste y envejecimiento. Ejercicio abyecto del Poder Político. Estrés imaginado.
¿Por qué estamos tristes? Las emociones se contagian y la gente alegre es más feliz. Por tanto, quizás la felicidad dependa de nuestra actitud y que todo ello se genere en nuestro sistema límbico.
Se sitúa inmediatamente debajo de la corteza cerebral y comprende centros importantes como el tálamo, hipotálamo, hipocampo y la amígdala cerebral. Este es el centro de la afectividad y donde se procesan las distintas emociones. La mayor parte de nuestro pensar o planificar, y del lenguaje, imaginación, creatividad y capacidad de abstracción, provienen de esta región cerebral.
Hay personas que malgastan sus vidas en una constante y estéril búsqueda de la felicidad como estado estable e inmutable, con la quimérica ilusión de que algún día la encontrarán. Pero la felicidad es, por lo general, una situación pasajera que se nos escabulle subrepticiamente y sin avisar.
La felicidad reside en uno mismo. Es disfrutar del momento presente más la conjunción entre los buenos recuerdos y las perspectivas del futuro.
Las personas con una actitud positiva ante la vida sufren y padecen las vicisitudes desagradables de quienes muestran una actitud negativa, pero con la diferencia de que los primeros actúan eficazmente en la resolución de sus problemas mientras que los segundos solo saben lamentarse y eso les bloquea.
Por eso cada persona tiene que hacer un esfuerzo por ser feliz, llenando su vida de contenidos para levantarse cada día con ánimo o al final la vida terminará arrastrándonos.
Por tanto la felicidad es un estado que no puede esperarse de un modo pasivo, y sin luchar para lograrlo.
Ser feliz es realizarse como persona, es estar de acuerdo consigo mismo y en armonía con los demás. Intentar ser feliz, es seguramente lo mejor que podemos hacer en nuestra vida.
Ser feliz aumenta el placer y contribuye en mucho a mejorar nuestro estado físico. Cualquier sensación mental desagradable: angustia, miedo, estrés, depresión, etc. (sensaciones todas ellas de infelicidad) son el fruto de una imposibilidad de realizar nuestros deseos, la frustración, la depresión, el estrés, el miedo, paralizan nuestro sistema inmunitario, y devoran nuestra energía inútilmente.
· Adoptar una actitud positiva ante la vida.
· Cultivar habilidades sociales y de comunicación.
· Expresar y vivir nuestros sentimientos y emociones.
· Tener la conciencia de vivir y disfrutar cada instante.
· Poseer ganas de jugar, reír, descubrir y transgredir algunos límites de lo convencional.
· Alegrarnos con lo que tenemos y entusiasmarnos en nuevos proyectos.
· Estar orgullosos de nosotros y de lo que hemos sido capaces de lograr.
· Cuidarnos, valorarnos y apasionarnos con la aventura de vivir.
Ya tenemos pues un buen objetivo: Intentar ser felices.
Me pareció un buen post, interesante. Lo encontré por la red, buscando información sobre la felicidad. Enhorabuena.
ResponderEliminarsaludos
Gracias... espero que si has echado un vistazo por el resto de post te hayan resultado interesantes tambien.
ResponderEliminarUn saludo.