El lujo clásico y el nuevo lujo.
El origen la palabra no es claro. Hay quienes se apoyan en que Luxus viene de Lux, luz en latín.
Pero más bien viene de Luxuria, de la forma latina Luxuries, que quiere decir derroche desatado y lujo desmedido, derivado de Luxus (lujo, fausto y exceso).
En latín Luxuria no se refería tanto a los excesos de la carne si no más bien al derroche y la ostentación desmedida, mal vista en general por los romanos, según sus leyes tenían previsto el quitar parte de su libertad legal al que derrochaba una hacienda.
Visión del lujo antes del s.XX: “El lujo es todo los superfluo para hacer feliz al hombre” Gioberti.
A partir del s.XX: “Amo el lujo. Y el lujo no reside en la riqueza y la ornamentación, sino en la ausencia de vulgaridad” Coco Chanel.
El lujo ostentoso está pasado de moda. Sólo triunfa entre los nuevos ricos de los países emergentes. Rusia, China, India también en Emiratos Árabes. Donde aún creen que la ostentación es la única manera de demostrar su éxito económico. (A veces no hay que ir tan lejos para topárselo.)
Sin embargo el lujo va indisociablemente unido a la cultura, la sensibilidad, el refinamiento y el buen gusto y no a la demostración continua de dinero.
Por ello el nuevo concepto de lujo va más unido a la discreción e invisibilidad dándole más importancia a la calidad de vida, a tener tiempo libre, al bienestar, comer productos ecológicos, un hotel rural con encanto...
El secreto de las marcas de lujo está en establecer un vínculo afectivo y casi sentimental entre el nombre del producto y la persona que lo compra.
Su éxito surge al no escatimar en detalles ni en esfuerzos para llegar a ese preciado y misterioso lugar: el irracional rincón del cerebro humano que toma las decisiones con el corazón.
La magia de una marca de lujo radica en mantener vigente ese “affaire” con su público.
Las marcas de lujo también se ven afectadas por las condiciones económicas mundiales, pero usualmente mantienen su prestigio y su mercado a nivel global. Por ejemplo, a raíz de la reciente crisis económica mundial, se comprobó que en su mayoría, las marcas 'premium' salieron muy bien libradas.
Lógicamente, la mayoría de las marcas de lujo poseen una clientela fiel en todo el planeta. En su gran mayoría, las marcas están prácticamente blindadas a las crisis financieras ya que hay evidencia de que el número de ricos crece permanentemente en todos los rincones del mundo.
Todos sabemos que las fortunas no se crean ni se esfuman, sino que simplemente cambian de manos.
Además, con excepción de algunos productos realmente sofisticados y exóticos como los aviones, yates y otros de coste muy elevado, los acaudalados no cambian sus hábitos de consumo fácilmente.
Las marcas de lujo incluso prosperan en las épocas de crisis. El grupo LVMH (Louis Vuitton-Moet-Hennesy) creció durante los últimos años y su marca líder de artículos de cuero 'LV' sigue perteneciendo al reducido grupo de marcas de alto valor.
Igualmente Gucci, Chanel, Hermes, Rolex y Tiffani Co. están allá arriba.
Cartier perdió relevancia por haber sufrido en sus mercados más fuertes (USA, Francia y Rusia), pero se mantiene entre las 10 marcas más valiosas, según la revista Forbes.
En los vehículos de lujo, las marcas preferidas por los superricos, continúan siendo Rolls Royce, Bentley y Ferrari, al igual que las mega costosas Maybach, Bugatti, Aston Martin y McLaren.
Dentro de las marcas de autos de lujo más comerciales es Lexus la japonesa de mayor prestigio que compite con las alemanas BMW, Mercedes, Porsche y Audi.
En marcas de joyería, las superfinas están compuestas por Graff, Harry Winston, Buccelatti y la inglesa Asprey's, pero se reconoce a nivel mundial el prestigio de Chopard con su gran despliegue en el festival de Cannes, Bvlgari, a pesar de sus continuos cambios administrativos, Mikimoto, Van Cleef Arpels y desde luego Cartier, la estrella del grupo Richemont.
En materia de escritura la marca líder sin duda es Mont Blanc, pero se le acercan nombres de exclusivos productos como Caran d'Ache de Suiza, Montegrappa de Italia o ST DuPont de Francia.
El mercado de los poderosos sigue apreciando una buena pluma y es un negocio que se sigue desarrollando exitosamente en el mundo del lujo.
En ropa masculina Calvin Klein, Gucci, Armani y Ermenegildo Zegna son líderes, al igual que Burberry's, Polo, Lacoste, Ferragamo y Hugo Boss.
Para dama Christian Dior, Valentino, Prada, Gucci, Chanel y Versace son favoritas pero Donna Karan, Dolce Gabbana, Victoria's Secret y Cavalli permanecen en el corazón de la élite de la moda femenina de alta costura.
Según un estudio de Millward Brown Optimor, una consultora global especializada en estrategia de marcas, este es el estado actual de las mejores marcas de lujo del mundo.
Louis Vuitton, la marca de lujo más valiosa de los últimos cinco años, sigue posicionándose como una marca auténtica e intemporal.
En lugar de poner en peligro su valor de marca durante esta época de recesión, ha aumentado los precios, invertido en creatividad y ha mejorado el enfoque de la calidad.
La marca pertenece al grupo galo LVMH, un imperio del que dependen más de cincuenta marcas de lujo, como Moet & Chandon, Fendi, Christian Dior y Loewe. En el último ejercicio, LVMH facturó 17.050 millones de euros y obtuvo un beneficio neto de 1.760 millones.
Louis Vuitton nació en 1854 como una marca especializada en el mundo del viaje. Desde entonces, sus maletas, baúles y bolsos se han convertido en las banderas de la compañía, pero la casa Louis Vuitton es mucho más: desde ropa a complementos, desde zapatos a mantas.
El ranking de las 10 mejores marcas de lujo en 2010 es el siguiente:
1. Louis Vuitton
2. Hermès
3. Gucci
4. Chanel
5. Hennessy
6. Rolex
7. Moët & Chandon
8. Cartier
9. Fendi
10. Tiffany & Co.
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